Mónica Rouanet nació en Alicante pero vive en Madrid desde los siete años. Recientemente ha publicado su tercer thriller, Despiértame cuando acabe septiembre (Roca Editorial), que está teniendo un gran éxito. Nos hemos puesto cómodas y con el sentido del humor que la caracteriza, ha respondido a algunas de mis curiosidades.
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Marina Collazo – Bienvenida a Pasar Página, Mónica. Para mí eres una autora conocida desde la primera novela, El camino de las luciérnagas, pero hay muchos lectores que posiblemente te estén descubriendo en esta entrevista. Para ellos: ¿quién es Mónica Rouanet?
Mónica Rouanet - Pues…soy una persona a la que le apasiona la lectura. Los libros nos dan la posibilidad de viajar, conocer otros mundos, otros personajes, otras historias… Me encanta formar parte de ellos; por eso escribo, para poder mostrar esas historias que aparecen en mi cabeza. Por otro lado, soy una mujer cercana a los cincuenta, con dos hijas adolescentes, un trabajo que me ocupa casi todo el día, y los problemas corrientes de todo el mundo.
MC - Esa primera novela fue autoeditada, pero luego se publicó en papel con la editorial La fea Burguesía, algo que pareció llamar la atención de Roca editorial, que te ficharon para la segunda, Donde las calles no tienen nombre, y ahora para Despiértame cuando acabe septiembre. ¿Autopublicaste porque ninguna editorial apostaba por ti o ni siquiera lo intentaste con ninguna? Cuéntanos cómo fue todo ese proceso, por favor.
MR - Envié el manuscrito a varias editoriales, pero antes de darles tiempo a contestar, decidí autopublicarla en Amazon. Se vendió muy bien y generó muy buenos comentarios. Muy pronto se puso en el número uno dentro de la categoría de novela negra y estuvo en los primeros puestos generales durante varios meses. Poco después, La fea burguesía me propuso publicarla en papel y acepté encantada. La primera edición se acabó enseguida y eso me sorprendió, porque después de tantas ventas digitales no pensé que fuera a tener tan buena aceptación en papel.
MC - Las editoriales apuestan continuamente por traducciones de best seller extranjeros, muchos de ellos de autores completamente desconocidos para nosotros, pero, sin embargo, son reacios a publicar a autores nuestros si no son conocidos y bien reconocidos. ¿Lo que viene de afuera nos gusta más, lo escriba quien lo escriba y escriba lo que escriba? ¿Qué falla? ¿Qué hacemos mal, Mónica?
MR - (Risas) ¿Qué quieres que te diga? Creo que en España tenemos escritores magníficos, y no solo los consagrados. Si te das una vuelta por los autopublicados, esos que son desconocidos para el gran público, encontrarás de todo, incluso auténticas maravillas. Pero tienes razón; no sé por qué en España vende más Peter que Pedro.
MC - Pregunta muy típica: ¿cómo eliges tus historias y en función de qué: tus inquietudes, actualidad, lo que más vende…?
MR - Lo primero que me llega son los personajes. A ellos, con su personalidad, sus características y sus historias personales los embarco en un viaje del que, cuando me siento a escribir, solo sé dónde se inicia y hasta donde debe llegar. El resto va surgiendo mientras escribo.
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MC - ¿Alguna manía especial a la hora de escribir?
MR - Mmmmm… no, creo que ninguna.
MC - ¿De qué autores te nutres, qué lees habitualmente?
MR - Suelo leer novela y, dentro de esta, diferentes géneros y autores. Voy intercalando autores y novelas actuales con otros anteriores. Me gustan autores como Spanbauer, Palahniuk, y Hempel. También otros como Camus, Sábato o Munro. De entre los autores españoles me gustan Pablo de Aguilar, Miguel Ángel Hernández o Esther García Llovet, Pero esto es solo un ejemplo porque si nombrara a todos los autores que me gustan no terminaríamos esta entrevista ni en dos días.
MC - ¡Te creo! Sigamos con una facilita: ¿eres lo que lees, lo que escribes o un poco de cada?
MR - Siempre he dicho que me encantaría escribir lo que de verdad me gusta leer. Me queda mucho por aprender, ojalá algún día me acerque un poco a ello.
MC - Oye, es cierto eso de que cuando eras pequeña te caías siempre en la calle porque te ibas fijando en las ventanas de las casas y que te inventabas historias tras ellas… ¿De qué edad estamos hablando? Porque parece que lo tuyo por inventar historias viene de lejos...
MR - (Risas) Sí, es verdad. Tengo una cicatriz en una ceja y otra en la frente por chocarme contra una parada de autobús y un árbol por ir mirando por las ventanas de los edificios cercanos. Solo con ver el color de la pared, una lámpara, un cuadro o una cortina ya te puedes hacer una idea de cómo es la persona que vive en esa casa y ha elegido esa decoración. De ahí a una historia solo hay un paso.
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MC - ¡Vaya tela contigo! ¿Sigues haciendo lo mismo ahora que no eres tan pequeña?
MR - Sí, no voy a engañarte. Dime que tú no has jugado nunca, por ejemplo, a observar a una pareja que habla a lo lejos e inventar su diálogo. Si no lo has hecho, te animo a ello. ¡Es divertidísimo!
MC - A eso sí he jugado y, es verdad, es muy divertido. (Risas) Y que tus padres te llevaron al médico pensando que sufrías pérdidas de equilibrio, ¿es cierto o es una leyenda? Cuenta, cuenta…
MR - Uy, qué va a ser leyenda. De pequeña, cuando me hice las brechas de las que te hablaba antes, mis padres me llevaron al médico para que me reconociera y recuerdo que me hicieron un escáner y que me comprobaron la vista y el oído, pero todo estaba bien. (Risas)
MC - Trabajas con menores en riesgo social. ¿Saben que eres escritora? En caso afirmativo, ¿te leen?
MR - Algunos sí lo saben, pero no todos. Insisto mucho en que lean; no a mí en especial, sino a cualquier autor. A veces escribo textos para ellos, contando cosas que sé que les interesan. Y les suelen gustar, pero no les digo que son míos. Una vez escribí una novela/diario en el que la protagonista era una chica de quince años. Nunca les dije que lo había escrito yo, siempre creyeron que era un diario real. La verdad es que los tuve todo un curso enganchados. (Risas)
MC - Como psicóloga que eres, imagino que consideras la escritura una gran terapia, ¿la aplicas con estos jóvenes que tratas a diario?
MR - Estudié Filosofía y Letras y Pedagogía. Cuando acabé, decidí cursar las asignaturas que me faltaban para terminar Psicología (convalidaban muchísimas), pero no me especialicé en clínica, sino en educativa. De todas formas, sí que intento que lean y escriban algunas historias, pero no como terapia.
MC - Acabas de publicar tu tercera novela, Despiértame cuando acabe septiembre, que está teniendo una gran aceptación, algo que ya te sucedió con las anteriores. ¿En qué ha cambiado tu vida desde que publicas lo que escribes? ¿Te dedicarías de lleno a la literatura si pudieses?
MR - En realidad, mi vida no ha cambiado demasiado desde que publico. Continúo trabajando en temas ajenos a la literatura y atendiendo a mis hijas junto a mi marido. En cuanto a tu segunda pregunta, normalmente te contestaría que no, que no me gustaría dejarlo todo para centrarme únicamente en la literatura, pero en momentos como este, en los que se junta la promoción con la escritura de otra nueva novela, me gustaría tomarme un tiempo y no tener que vivir dos vidas en una. Es agotador
MC - ¿Actualmente hay tanta libertad de todo tipo que no sabemos cómo gestionarla?
MR - La libertad siempre es buena y en la educación está el aprender a gestionarla. Me refiero a la educación que damos a nuestros hijos y a la sociedad en general. Si los menores ven que los adultos utilizamos la libertad para nuestro beneficio privado, a riesgo de hacer daño a los demás, seguirán nuestro ejemplo y el mundo será cada vez peor.
MC - Estamos ante una crisis de valores importante, ¿no crees?
MR - Se nos está educando para la inmediatez y para la excelencia. Dos términos que difícilmente pueden ir juntos. Para lograr la excelencia con inmediatez hay que tener pocos escrúpulos, lo que significa dejar de lado los valores. Creo que nos estamos olvidando de la felicidad.
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MC - Volviendo a la escritura, pero sin dejar la psicología, te pregunto: ¿cuánto de psicólogo debe tener un escritor para crear sus personajes?
MR - Cuanto más empático sea el escritor, más facilidad tendrá para ponerse en el lugar de sus personajes, comprenderlos y hacerlos actuar de una forma coherente. Todo esto dará credibilidad a las historias que muestren en sus novelas.
MC - Centrándonos en tu nueva novela, cuéntales a nuestros lectores cómo te llegó la historia real de Amparo, tu protagonista.
MR - Hace años leí un artículo sobre una mujer valenciana que recorría EEUU en una furgoneta haciendo paellas a domicilio, incluso para algunos famosos como Madonna, y pensé que era un buen personaje para una novela, así que me basé en eso para dar vida a Amparo. Supongo que, salvo por las paellas, mi personaje no se parece en nada al personaje real de aquel artículo. (Risas)
MC - ¿Cómo conjugas luego esa historia real, con tintes surrealistas, con los otros temas tan duros, y nada surrealistas, que narras en el libro?
MR - De la historia real solo saqué un esbozo del personaje, el resto no tiene nada que ver con la protagonista de aquella historia real.
MC - ¿Lo que ha salido al final, era lo que querías contar al principio, cuando empezaste a escribir Despiértame cuando acabe septiembre?
MR - ¿Te cuento un secreto? Cuando empecé a escribir Despiértame cuando acabe septiembre, la trama criminal de la novela era otra. En un primer momento se centraba en un tema financiero, un fraude, pero encontré una novela con una trama parecida y la cambié a la actual.
MC - El resultado ha sido fantástico, en mi humilde opinión. Como escribí en el número de mayo de esta revista, en la sección Hablando de libros, tres novelas y con las tres me has roto los esquemas. Para mí eres siempre imprevisible, y eso me encanta. Te admiro, ¡y los sabes!
MR - ¡¡Muchas gracias!! (Uy, que me sonrojo…)
MC - Para ir terminando, un par de cosillas. Por ejemplo, las canciones que dan título a tus novelas. Entiendo que son significativas para ti, por eso las usas, pero cómo surge usarlas de este modo. ¿Es algo buscado o vino de casualidad y te gustó la idea? ¿U2 o Green Day se llevan royalties de tus novelas? ¿Y tú de sus canciones? Cuéntame…
MR - (Risas) ¡Ya me gustaría! La primera vez que utilicé un título de canción para mi novela fue porque el que había elegido ya existía, así que decidí cambiarlo. En una escena, el personaje principal escuchaba esa canción (Donde las calles no tienen nombre) y pensé que sería un buen título para mi historia. En este caso, elegí Despiértame cuando acabe septiembre porque, además de ser una de mis canciones favoritas (soy fan de Green Day), la historia ocurre en septiembre y, tal y como cuenta Billie Joe Armstrong cuando habla de su canción, existen situaciones en la vida (como la muerte de su padre) que quieres que acaben cuanto antes y prefieres dormir hasta que todo vuelva a la normalidad.
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MC - Otra cosilla, ¿tenemos título de canción para la próxima novela?
MR - Para la siguiente novela todavía no tengo título definido, y eso que ya está terminada. Durante la Semana Negra de Valencia coincidí con otros autores y les hablé de mi nueva novela. Todos comenzaron a sugerir títulos y los fueron anotando en una pequeña libreta que llevo siempre conmigo (en esta ocasión era la que tú me regalaste con la portada de mi última novela).
MC - ¡Oh! Ahora, la que se sonroja soy yo… Habrá que esperar, entonces. Por cierto, ¿qué canción le pondrías de título a esta entrevista?
MR - Something got me started, de Simply Red
MC – Oh, gracias, ¡me encanta! Y como pregunta final: ¿conseguiremos tu madre y yo el Nobel de Literatura para el maestro Rafael R. Costa? ¿Cómo lo ves? ¿Nos apoyarás en la causa? (Risas)
MR - ¡¡Mi madre y Rafa se quieren!!! (Más risas)
MC – Lo sé, lo sé… (Risas). Muchísimas gracias por tu tiempo, Mónica. Me ha encantado hablar (y reír) contigo. ¡Que sigan los éxitos!
MR – ¡Muchas gracias a vosotros!
La canción que inspiró el título de la novela: Wake Me Up When September Ends (Green Day)
Marina Collazo Casal. ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA PASAR PÁGINA 19 - JUNIO 2019: https://drive.google.com/open?id=1Anpm9XWr0Y1Gu8b-HuTIVCKiZzUR2EgG
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