El pasado 11 de enero, el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares acogió la gala de los Premios Planeta que, como cada año, se celebra en la ciudad alcalaína, ejerciendo como maestro de ceremonia el ilustre librero Javier Rodríguez, de la Librería de Javier. Representantes de Planeta, como Isabel Santos y Francisco Barrera, se trasladaron a Alcalá para acompañar a los premiados de 2019, Javier Cercas y Manuel Vilas.
Javier Rodríguez, con su sentido del humor habitual, recibió a los invitados preguntándoles qué tal les iba con este matrimonio de hecho que tienen desde hace dos meses. A mí, de maravilla. Me han tocado el Premio Planeta y Manuel Vilas, afirmaba Cercas, que se declaró un gran entusiasta de Ordesa, la anterior novela de Manuel Vilas. Considera una experiencia extraordinaria que le haya «tocado» el Premio con él. Por su parte, Vilas dice haber aprendido mucho de Cercas: He aprendido del oficio de escritor, pero, sobre todo, del oficio de ciudadano, a reflexionar, y me he hecho un adicto a la mirada de Javier sobre las cosas. El Premio Planeta, en el caso de Javier y mío, ha sido el estar hablando constantemente de todo lo que nos está pasando, de literatura… Incluso tenemos enemigos comunes, y eso une mucho, comentaba Manuel Vilas ante la carcajada del público que llenaba el teatro. La convivencia nos ha traído el valor de la cordialidad y de la amistad. Nos hemos separado estas navidades, por las fiestas, y lo eché de menos, siguió diciendo Vilas arrancando de nuevo las risas del público mientras Javier Cercas asentía con la cabeza a sus palabras.
Estar en la ciudad de Cervantes los llevó a hablar del ilustre escritor y su obra, que Javier Cercas admira profundamente. Para desgracia de la literatura española, ha triunfado Quevedo y no Cervantes. Quevedo ve a la gente desde arriba, se ríe de la gente; Cervantes, en cambio, se ríe con la gente, mirando desde abajo hacia arriba, aunque enfrente tenga a la persona más humilde del mundo. Solo él es capaz de convertir a un destripaterrones como Sancho en un personaje extraordinario, porque lo mira con respeto absoluto. Página a página, puede haber páginas de Quevedo superiores a las de Cervantes, pero Cervantes es incomparable.
La gala, perfectamente conducida por Javier Rodríguez, además de por la convivencia de los premiados y su visión literaria, discurrió por temas como la tercera vencedora de los Premios Planeta, Hacienda. Dicen que nadie gana el Planeta dos veces, pero Hacienda repite todos los años, gana siempre, comentaba Javier librero. Lo de Hacienda es muy importante, añadía Cercas. Una de las preguntas que más me hace la gente es qué voy a hacer con el premio. Y es una pregunta ridícula, porque la mitad se va para Hacienda, y la otra respuesta a eso es pagar el gas, comprar camisas, pantalones... Somos personas, comemos, tenemos piso… El Planeta es el premio mejor dotado del español como lengua, sin embargo, lo que nosotros ganamos una vez en la vida lo gana cualquier directivo de un banco pequeño cada mes o cada tres meses. Los escritores somos pobres, aunque ganemos el Planeta, concluyó Javier Cercas.
Este asunto los llevó a hablar de su golpe de suerte con Soldados de Salamina y Ordesa, novelas que los situaron en primera línea de la literatura española y que les permitieron vivir de lo que escribían después de muchos años compaginando su faceta de escritores con la de profesores. Hasta los cuarenta años que publiqué «Soldados de Salamina», mis lectores se contaban con los dedos de la mano. Me leían mi madre y algunas de mis hermanas. Y para mí eso era lo normal. Lo raro es estar aquí con tanta gente, ganar el Planeta y ganarte la vida escribiendo, decía Cercas.
Hay una especie de idea de que la cultura no debe de ser profesional, pero si un escritor no puede vivir de lo que escribe, ¿qué hace?, se preguntaba Vilas. Cuidado con esto, continuó diciendo, porque detrás hay algo más sombrío, y es dudar de que la cultura dé origen a una profesionalidad razonable. Y si eso no ocurre, significa que un país no va a tener profesionales de la literatura, la pintura… de toda la escena cultural. Un país sin profesionales de ese sector es un país con problemas culturales graves. Si vamos a un centro de salud y le pedimos al médico que sea profesional, a un escritor se le debe pedir lo mismo. La cultura tiene que generar profesionales para que sea una estructura estable, profunda y sólida, concluyó.
Después de una hora de interesante tertulia por parte de los premiados, llegó el momento del público con las firmas de libros y las fotos. Un momento que se alargó en el tiempo debido a la gran cantidad de lectores que llenaron el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares y se acercaron a saludar a Javier Cercas y Manuel Vilas, que amables y solícitos, no dejaron de departir con cada lector, agradeciendo su presencia e interés por sus obras.
Marina Collazo Casal. Crónica publicada en la REVISTA PASAR PÁGINA 26, febrero 2020: https://drive.google.com/open?id=1Ffre4fTrRcng7JGNdUSaeTS2Jpx61Fbv
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