Desde que el primer ser humano tuvo consciencia, todos y cada uno de los que hemos pasado por nuestro planeta nos hemos quedado para siempre. Los que en este momento seguimos aquí no somos más que el resultado de las acciones de todas las generaciones anteriores; las buenas y las malas.
Cada vez que amamos, aunque sea de la manera más sencilla, dejamos nuestra huella; cada vez que odiamos, aunque sea mínimamente, dejamos nuestra huella. Y no solo en nuestros hijos, pareja, padres, amigos… No, nuestra impronta queda grabada para la eternidad en cada uno de los individuos que nos sucederán.
La vida no es más que una oportunidad de trascender, para bien o para mal.
Susana lo hizo para bien. Entre nosotros y los que llegarán después ha quedado su valentía, su amabilidad, su lealtad, su dulzura, su perseverancia… No hay espectáculo más hermoso que un ser humano luchando contra la adversidad. Eso hizo ella toda su vida, luchar como una guerrera, aunque solo fuera para mantenerse en pie y sonreír.
Susana y su ejemplo no se irán nunca, solo se ha marchado su sufrimiento.
Si a pesar de su maltrecho corazón bailaba día tras día, no quiero pensar cómo estará bailando ahora. ––No he podido evitar esbozar una sonrisa, es que la veo danzando con los brazos abiertos como alas de mariposa, como en esa fotografía que tanto he visto por las redes estos días.
Nos ha regalado el mejor de los legados: su calidad humana. Los que todavía batallamos en este azaroso peregrinar que es la vida, no tenemos excusa, Susana nos enseñó a no rendirnos y es nuestra obligación seguir su estela. Ha dejado el listón muy alto, pero hemos de intentarlo.
Gracias por enseñarnos tanto, Corazona. Nos vemos. No te quepa duda de que mantendremos algunas charlas que se me quedaron pendientes.
¡Ah! Se me olvidaba. No dejes de leerme con la misma generosidad de aquella primera vez.
IN MEMORIAN A SUSANA PALACIOS VINAGRE. PUBLICADO EN LA REVISTA «PASAR PÁGINA» 19. JUNIO 2019: https://drive.google.com/open?id=1Anpm9XWr0Y1Gu8b-HuTIVCKiZzUR2EgG
Siempre en el corazón y la mente. Eterna, Corazona. 💗
Gracias, Mercedes, por estas palabras que tan bien reflejan el espíritu de Susana.