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«American Skin (41 Shots)», Bruce Springteen

Foto del escritor: Los cuadernos de ArohaLos cuadernos de Aroha

Actualizado: 3 may 2020

Son varias las canciones que Bruce Springteen, The Boss, ha escrito sobre historias reales y no siempre agradables. Una de las más brutales es American Skin (41 Shots), que denuncia la muerte del joven guineano Amadou Diallo a manos de la policía de Nueva York, y que se incluyó en el álbum High Hopes, publicado por primera vez en 2001.

Esta es la historia: el 4 de febrero de 1999, Amadou Diallo, un inmigrante guineano de 23 años, trabajador de un pequeño supermercado, murió en el vestíbulo de su casa en el número 1157 de la Avenida Wheeler, en la parte sureste del Bronx. Cuatro agentes vestidos de paisano, pertenecientes a la polémica Unidad de Delitos Callejeros creada por el alcalde Giuliani, lo confundieron con un violador en serie armado y lo acribillaron a tiros cuando Amadou tan sólo iba a coger su cartera del pantalón, un gesto que Sean Carroll, Richard Murphy, Edward McMillon y Kenneth Boss interpretaron mal, creyendo que sacaría un arma... cuando Diallo estaba totalmente desarmado. Le dispararon la friolera de 41 veces, siendo alcanzado de lleno en 19 ocasiones. El suceso dividió a la sociedad y el caso nunca se resolvió como era debido. El primer juicio tuvo lugar el 25 de marzo en el Bronx, de mayoría negra, y los agentes fueron acusados de asesinato en segundo grado y conducta temeraria. El 16 de diciembre, en Nueva York, un Tribunal de Apelación ordenó un cambio de sede a Albany, de mayoría blanca, alegando que toda la publicidad existente previa a la vista hubiera sido nefasta para un juicio justo. Así fue como tras dos días de deliberaciones, el 25 de febrero de 2000, un jurado compuesto por personas blancas y negras, absolvió a los oficiales de todos los cargos, algo que propició una gran polémica y absoluta indignación en la ciudadanía, principalmente la de raza negra. Brutalidad policial, discriminación racial y tiroteo contagioso (un agente dispara cuando ve disparar a otro), fueron asuntos determinantes para provocar dicha polémica, suscitando manifestaciones masivas contra todo ello, lo que supuso que se realizaran más de 1700 detenciones a lo largo de las semanas que duraron las protestas. Los detenidos provenían de todas las clases sociales, desde antiguos oficiales de policía, al ex alcalde de Nueva York David Dinkins, pasando por congresistas, reverendos, asambleístas o la actriz Susan Sarandon, así como más de una docena de rabinos, otros clérigos y numerosos políticos estatales, federales y locales. A los detenidos se le retiraron todos los cargos, y en 2001 el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que no acusaría a los oficiales de ningún delito. ¡De ninguno! Ahí es nada...


En abril del año 2000, la madre de Diallo, Kadiatou y su padrastro Sankarella Diallo, presentaron una demanda de 61.000.000 de dólares (20 millones por asesinato y uno más por cada disparo realizado por los agentes) contra la ciudad de Nueva York y los oficiales, alegando neglicencia, homicidio con culpabilidad, discriminación racial y otras violaciones de los derechos civiles de Amadou Diallo, siendo una de las peticiones más elevadas para un hombre soltero y sin familiares a su cargo bajo las restrictivas leyes del Estado de Nueva York sobre homicidio con culpabilidad, ya que limitan los daños a la pérdida de dinero por parte de los familiares. En 2004, la familia acabó aceptando un acuerdo de 3.000.000 de dólares...



Finalmente, Diallo fue enterrado en el pueblo de Hollande Bourou, en Futa Yallon, una región del centro de Guinea, en el que residen todos sus familiares.

La muerte de Diallo se convirtió, además, en un problema importante en las elecciones a la alcaldía de Nueva York. El presidente del municipio del Bronx y candidato a la alcaldía, Fernando Ferrer, quien en su momento condenó las circunstancias de la muerte del joven guineano, dijo en una reunión de los sargentos de policía que, aunque el tiroteo había sido una tragedia, se había acusado en exceso a los agentes implicados. Unas declaraciones que desataron la ira de la familia de Diallo, que criticó duramente a Ferrer.


Este asesinato incluso suscitó investigaciones psicológicas. El psicólogo Eberhad y sus colegas llevaron a cabo experimentos con oficiales de policía para comprobar cuál era su reacción tanto ante personas negras y blancas armadas como desarmadas. En ambos casos, los oficiales desenfundaban mucho más rápido el arma ante una persona negra, armada o desarmada. Siempre. A día de hoy, las estadísticas no han cambiado...


La canción: Springteen estrenó American Skin (41 Shots) en un concierto en Atlanta, sin pronunciar ni una sola palabra. No hacía falta. La puesta en escena hablaba por sí sola: el escenario se quedó a oscuras y un punto de luz iluminó el micrófono en el centro. Todos los miembros de la E Street Band dieron un paso adelante y entonaron con voz quebrada la frase forty-one-shots. Bruce pidió silencio y comenzó a contar su versión de lo ocurrido: no es ningún secreto; no es ningún secreto, amigo mío, te pueden matar sólo por tu piel americana.



En American Skin, Bruce quiso dar una visión equilibrada del tiroteo. En el primer verso cuenta la historia desde el punto de vista de la policía: el agente se inclina sobre la víctima y reza por su vida mientras se pregunta: ¿es una pistola?, ¿es un cuchillo?, ¿es una cartera?, las preguntas que a los agentes se les debieron pasar por la cabeza antes de apretar el gatillo. En el segundo verso, una madre negra le hace prometer a su hijo que jamás se enfrentará a la policía: Si un policía te para –le dice ella– sé educado, nunca huyas y por encima de todo, mantén siempre tus manos bien arriba.

La tercera estrofa nos recuerda que tenemos una responsabilidad colectiva: nos han bautizado en estas aguas y en la sangre de cada cual.


El tema se interpretó durante toda la gira que supuso la reunión de Springteen con la E Street Band, entre 1999 y 2000, y el Boss se enfrentó a una de las polémicas más arduas de su carrera. El presidente de la Asociación de Policías de Nueva York, Patrick J. Lynch, sin haber escuchado la canción. acusó a Springsteen de intentar llenar su cartera reabriendo las heridas de este trágico caso. Lynch, a través de una carta en internet, pidió a sus miles de asociados que boicotearan los conciertos previstos por Bruce y su banda en el Madison Square Garden y que se negaran a trabajar en ellos. A sus quejas se unieron otras, dejando a Springsteen desconcertado: Sentía que el tema que resultaba más necesario abordar en el cambio de siglo era la cuestión de la raza en Estados Unidos y cómo nos relacionamos unos con otros. Hasta cierto punto, la respuesta a esa pregunta decidirá mucho sobre cómo la nación en su totalidad finalmente avanza y se hunde. Quería señalar que a la gente de color se la ve a través de un velo de criminalidad y que en última instancia significa que se les considera como si fueran menos norteamericanos que otros nortemaericanos y, por consiguiente, gente con menos derechos.



La gira del Boss y su banda llegó al Madison Square Garden, tal como estaba previsto. Todo el mundo sabía que Bruce cantaría American Skin en el primer concierto de Nueva York el 12 de junio de 2000. Aquella noche, con los padres de Diallo sentados en la parte izquierda del escenario, se respiraba mucha tensión. Como dice el biógrafo de Bruce, Dave Marsh: La banda cantó como si estuviera de duelo. Bruce se enfrentaba a la hostilidad oficial y se defendió únicamente con su voz y su banda. Después de aquella noche ni Giulliani ni los policías volvieron a abrir la boca. Su música habló con voz propia. Una vez más venció la ética de sus espectáculos.



En abril de 2012, American Skin (41 Shots) fue rescatada de nuevo para interpretarla durante la gira Wrecking Ball Tour, en respuesta a otro asesinato: el de Trayvon Martin, un estudiante de 17 años al que un agente confundió con un delincuente, disparándole de muerte a unos 60 metros de la puerta trasera de la casa donde Martin se alojaba en Sanford, Florida. Todo ocurrió la noche del 26 de febrero de 2012.



El 16 de julio de 2013, Springteen volvió a tocar la canción. El motivo fue que unos días antes George Zimmerman, autor del asesinato de Martin, había sido declarado inocente. La triste e injusta historia se repetía de nuevo...


Tras su interpretación a lo largo de la gira, el Boss decidió regrabar la canción y en 2014 publicó una nueva versión del álbum High Hopes, volviendo a pedir con ello justicia para ambos jóvenes, asesinados solo por el color de su piel.

Resulta escalofriante comprobar la impunidad con la que se puede matar a un inocente, ¿verdad? Y sigue sucediendo...


Conozcáis o no la canción, os invito a escucharla en este enlace, os emocionaréis.


Bibliografía: B.S. Más duro que los demás. June Skinner / On Tour. Dave Marsh

Marina Collazo Casal. Artículo publicado en la REVISTA PASAR PÁGINA 14, enero 2019: https://drive.google.com/open?id=1KKEBQP4A2-Ao9E5Dz9NasuGc_vsbVhhq
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