Que las alas de la mariposa besen
el infinito amor y que regrese
para posarse en nuestros corazones,
en todos y cada uno de nosotros,
que traiga polvo de estrellas fugaces,
el brillo de la luna
cuando observa a los amantes,
la riqueza del universo azul,
que la belleza, bondad y bienaventuranza
queden posadas en cada pecho
de los que hacemos de este deseo
una voz unísona y dirigida
hacia la eternidad.
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