Quisiera mirarnos de nuevo
en una noche muy larga;
contarnos lo que ha pasado,
sin disfraces, sin reservas,
sin disimulo, con calma.
Soltar el ardor del pecho,
derretir la nieve del alma;
mostrar que cosas han muerto
y cual otras no cambian.
Quisiera mirarnos de nuevo
abriendo las puertas de alba,
así, como cuando éramos,
así, como cuando estábamos.
Emocionarnos por volver a vernos,
hablar de presente y pasado,
desenredar los hilos que el tiempo
poco a poco nos fue enredando.
Quisiera mirarnos de nuevo,
despedirnos al fin cara a cara,
agradecer el bien que hemos hecho,
perdonar excesos y fallas.
Regresar cada cual a su sitio
sin promesas, sin rencores,
sin más culpa, sin más carga
que la nostalgia de una despedida
entre dos que solían ser un alma.
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